En la industria petrolera de Estados Unidos, una gran parte de las vacantes no se cubre directamente con personal propio de las compañías operadoras. En su lugar, se utilizan contratistas y subcontratistas que se encargan de proveer mano de obra calificada o de apoyo según el tipo de proyecto.
Rol de los contratistas
Los contratistas principales son empresas que reciben un contrato de la compañía operadora para ejecutar actividades específicas, como construcción de oleoductos, perforación de pozos o mantenimiento de refinerías. Estos contratistas cuentan con autonomía administrativa y organizan la contratación del personal requerido para cumplir con los plazos y normas de seguridad establecidos.
Papel de los subcontratistas
Los subcontratistas trabajan bajo la supervisión de un contratista principal. Se especializan en tareas concretas como soldadura, electricidad industrial, limpieza de tanques o servicios de transporte. Este modelo permite a las empresas distribuir las responsabilidades y optimizar recursos, manteniendo una estructura flexible.
Agencias proveedoras de personal
En muchos casos, los contratistas recurren a agencias de reclutamiento que cuentan con bases de datos de trabajadores disponibles. Estas agencias actúan como intermediarias y ofrecen perfiles para cubrir puestos temporales o permanentes. El proceso suele incluir verificaciones de experiencia, certificaciones de seguridad y cumplimiento de requisitos migratorios en el caso de trabajadores extranjeros.
Sistema de empleo indirecto
El empleo indirecto es una característica central del sector. Un trabajador puede ser contratado por una agencia o subcontratista, pero desempeñar sus funciones dentro de instalaciones que pertenecen a una compañía operadora. De esta manera, la relación laboral no es directa con la empresa de petróleo, sino con la firma que lo incorporó al proyecto.
Ventajas y consideraciones
Este sistema facilita la contratación rápida en proyectos de gran escala y permite la participación de empresas especializadas. Sin embargo, implica que los beneficios laborales, salarios y condiciones pueden variar de acuerdo a la política de cada contratista o agencia. Por ello, los trabajadores deben revisar con atención los términos de sus contratos antes de incorporarse.
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